Me pone berraco total su forma de disfrutar. Se que se vuelve a correr.
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Por todo lo dicho antes. Por la mancha de jugos sexuales que quedara grabada en sabana, como vi después. Evidentemente yo sudo. Sudo como un cerdo. Sudo como un cerdo en San Martín viendo al matarife con el cuchillo en la mano. Sudo que empapo la toalla. Pero sudo feliz. Mejor esto que el gimnasio. No vaya Vd. A todo esto yo todavía no me había corrido por segunda vez.
Miro el reloj. Por que haré esa tontería. No se, reacciones tontas.
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Tengo miedo de que se acabe. Tengo miedo de que suene la puerta. Dios, por que resonaran tanto las puertas. Yoko, no podrías poner puertas que no sonasen. Si pudiera cogería la llave que no hay , cerraría la habitación y tiraría la llave a la ría. Llego desde aquí sin problemas. Juro que lograría hundir la llave en la ría, por estas que son cruces. Nos tumbamos. Pero ella me quiere corresponder.
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Sabe que no he me corrido por segunda vez y me hace un francés con todas sus fuerzas. Me hace un francés a tope. Apretando el nardo a tope, como le digo. Succionando, retorciendo, de todo. Si, dando botes agachada sobre mi cipote, si dando botes mientras sube y baja su cabeza y su boca sobre mi capullo. Le digo que pare que me deje descansar un poco. Así lo hace Yo también quiero. Yo también quiero explotar en esa boca. Yo también quiero que ella obtenga su premio. Venga al lío. Niña obediente.
No se de que manera lo consigue. Pero lo consigue. Y como ya sabéis mi segunda lefada es espectacular. Tiene que retirar un poco la cara, donde también le cae. Sigo pegando perdigonazos. Alguno, como en infausto momento, casi le da en el ojo. Bueno, esta vez se ha librado. Solo he acertado en la tremenda pestaña postiza y casi se la he quitado de un lefazo.
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Casi 5 segundos lefando. Hay para repartir. Joer que explosión. Me quedo mueeeeettttoooooo. Descanso un poquito mientras ella va a asearse. Ya es la hora. Joer si todavía estoy en una nube, en fin lo bueno, para que se pueda apreciar, debe tener un final. Seguimos morreando un rato. Que no termine este rato. Que no termine. Que no. Que no me quiero ir, coño. Pero es que si. Que se le va a hacer. Sale si joder, si, dando saltitos y moviendo el culillo y yo me quedo, no triste, no, pero empiezo a notar como me entra la nostalgia por la puntita del capullo.
Me presenta a Bibian. Piensa Alicia que la conozco, pero no.
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No obstante, yo educado, la saludo. No puedo darla dos besos, por que ella bibian esta esplendida con un Blazier azul y yo completamente mojado como un pato. Hasta luego Bibian. Me seco. Voy al cuarto y me visto. A todo esto Yoko, como siempre, atenta, me pregunta que me ha parecido.
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Que la puedo responder. Esta es mi respuesta. Este post. Y eso que no lo he puesto todas las sensaciones. Todas las caricias. Todos los besos. Todos los lametones. En la puerta Yoko me vuelve a morrear.
No me jodas Yoko, que me vuelvo a la habitación y me lió contigo. No Yoko, no, que me tengo que ir. Evidentemente el viaje de vuelta se me hizo muy corto. En los cielos de Yoko a 20 de Noviembre del primer año de nuestra señora Yoko. Bravo Plataneitor, bravo.
Se me ha hecho corto tu exquisito relato. Enhorabuena fiera. Y claro no es cuestión de presentarte ante la parka sin poder hablar de tu experiencia yokera. Mr Ibio y Mr. En fin, que ya no tenia excusas. La verdad es que lo tenia planificado hace tiempo, pero por unos temas u otros lo iba dejando, y la previsión meteorológica no era nada halagüeña. Pero cuando estuve en Araca haciendo la instrucción me enseñaron que los de Infantería no dan un paso a tras ni para tomar impulso.
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El viaje se hizo pesado. La lluvia que caía como si la estuviesen echando a cubos lo hacia incomodo. No las tenía todas conmigo sobre lo que me iba a encontrar.